¿Cómo se consigue que una serie de televisión que transcurre casi siempre en espacios cerrados, sin personajes medievales surgidos de una mente maravillosa y sin dragones o lobos, nos resulte increíblemente fascinante y seamos capaces de verla en bucle una y mil veces?
Una de las razones es su decorado y la conexión visual que se establece entre el espectador y esos lugares en los que siempre transcurren las escenas y que nos parecen familiares e incluso acogedores. Hablamos de The Big Bang Theory.
Sí, el guión, el reparto, sus referencias a principios y teorías físicas reales, todo ello la hace perfecta, pero también su acertada decisión por emplear muchos elementos de madera en el diseño de los platós donde se ha rodado esta comedia de situación. El resultado es el esperado: hacer de éstas unas estancias cálidas, modernas y acogedoras donde el hecho de estar siempre en casa no resulte incómodo.
Además, esta apuesta por el diseño en madera va evolucionando en cada temporada. En la medida en que los personajes principales van madurando, comienzan a hacer vidas en pareja y con ello empiezan a disfrutar de otros aspectos de sus vidas, quizás tan satisfactorias como su entrega a la ciencia.
Desde la silla de madera de la sala de estar del piso que compartían Sheldon y Leonard, que se puede ver prácticamente desde el principio de la serie hasta su fin, a la gran mesa de madera de la casa de Leonard y Penny, los muebles de madera del apartamento de Sheldon y Amy, o la reformada casa de Howard y Bernadette, todo pasa por incorporar este material en el diseño, y el resultado es bueno: ambientes agradables, cálidos, urbanos y naturales.
En definitiva, esta serie sirve de inspiración para crear o rediseñar espacios, imprimirles un estilo contemporáneo, exclusivo y relajante.