La madera es un material fundamental para la eficiencia energética. Por este motivo, este viernes, 5 de marzo, Día Mundial de la Eficiencia Energética, el sector de la madera tiene mucho que aportar en este tema. El objetivo de conmemorar este día es crear conciencia sobre la importancia del uso racional de la energía, como medida efectiva para frenar el cambio climático y caminar hacia sociedades más sostenibles.
Sin lugar a dudas uno de los sectores que más impacto podría tener en la reducción del consumo energético es la edificación. Por este motivo la tendencia es construir o rehabilitar edificios que demanden poca o nula energía y que garanticen el máximo de confort.
De acuerdo con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) la suma de la energía que se consume en los edificios donde habitamos, trabajos, estudiamos entrenamos, etc, representa el 20% del consumo de energía final. Lamentablemente este porcentaje tiende a incrementarse.
Las consecuencias son nefastas para el planeta, para la sostenibilidad económica y social y, por supuesto, para el bolsillo de quienes deben pagar estos servicios. Estamos hablando de que en cada edificio se consume energía para satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración, disponibilidad de agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación, cocción, lavado, conservación de los alimentos, ofimática, etc.
A la hora de plantearnos la construcción o rehabilitación para conseguir edificios energéticamente eficientes debemos tener presenta el uso de la madera, un material fundamental para obtener resultamos óptimos como aislante térmico y acústico.
La construcción en madera, así como los cerramientos y suelos en este material o como envolvente para fachadas, contribuye a la reducción de la factura energética a lo largo de la vida útil del edificio. Sin perder de vista que se trata de un material que reduce las emisiones de CO2, que es renovable y reutilizable.
Experiencia propia
A lo largo de nuestra experiencia trabajando la carpintería de madera hemos comprobado cómo el cambio de unos cerramientos puede marcar la diferencia de confort térmico, pero también acústico. Además, la sensación de calidez que aporta la madera es inimitable.
Recientemente, una de las cosas que más nos llamó la atención mientras se construía la escoleta de Llubí, hecha principalmente de madera, fue que, cuando instalamos puertas, ventanas y parqué, el interior se volvió increíblemente cálido. Mientras afuera la maquinaria y los operarios hacían e típico ruido de las obras de construcción y el clima se volvía inclemente debido a la llegada de la tormenta Filomena, dentro, el recinto se convirtió en un oasis debido a la agradable sensación térmica sin necesidad de calefacción y el ruido imperceptible. Por este motivo, insistimos: la madera es un material fundamental para la eficiencia energética
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